sábado, 22 de julio de 2017

uno de mis primeros y más queridos alumnos


Esta semana ante-última de julio de 2017, me ha llamado Eugenio Reyes para que explicara en un documental algo de su historia.
El fue uno de mis primeros y más queridos alumnos de allá por el año 1974 en el gabinete de Doña Marta Subsana Torres de Tristani en la Av. Marqués del Turia esquina con Antiguo Reino de Valencia.
Después porque aquel gabinete fue traspasado y gracias a que la mamá de Salvador Rozada me localizó, a ellos dos a Quique Oltra y a otros niños seguí atendiéndolos en mi domicilio de la calle Serrano Flores, en el de la Av Primado Reig y en mi gabinete de Alvaro de Bazán.
Eugenio un precioso rubio de 3 añitos con PCI, Salva con 4 años y un grave síndrome anártrico, ambos muy inteligentes, Quique también pequeño con deficiencia mental y más tarde, Rafael Fernández sordo de nacimiento, fueron compañeros de clase durante algunos cursos escolares. También compartieron clase con alumnitos que se incorporaban porque tenían dislalias o dislexia.

En clases de 5 ó 6 niños, con 1 profesora sola o con ayudante estos niños elegían objetos o carteles con los que comenzábamos a interactuar.
Una gran pizarra, hojas grandes en su atril, un calendario, consignas escritas, letras y las carpetas de cada uno en las que íbamos incorporando figuras, dibujos, palabras y oraciones, estaban siempre a nuestra disposición.
En cada actividad cada uno participaba en aquello que podía realizar, buscaba, repartía, decía, repetía, escribía, copiaba, armaba. etc .
De esa manera, muy motivados por participar y por aprender de lo que realizaban sus compañeros aventajados en una u otra área, todos lograron una perfecta comunicación verbal oral y escrita. Sus carpetas, grabaciones en cassettes y en vídeos así lo testimonian.

Los avances de cada uno merecen un capítulo aparte.

Como algunos otros alumnos, ellos han sido “casos de libro“ de los que he comentado muchísimas estrategias empleadas cuando profesionales que solicitaban ayuda por alguno de los casos que atendían, pedían una programación y controles de la terapia que realizaban o acudían a grupos de estudio.
Es esos grupos de estudio, cada uno expone las dificultades del caso que atiende, entre todos las analizamos y sugerimos estrategias que ayuden en la solución del problema.

jueves, 6 de julio de 2017

Caso de un niño sordo sin enseñanza adecuada,hasta los 8 años de edad


Caso de un niño sordo nacido el 7 de julio de 2006,  sin enseñanza adecuada, quien a los 8 años de edad en 2014 fue adoptado por sus papis.
Ese año le colocaron los audífonos. Con ellos, su voluntad y gestos no enseñados, el niño lograba comunicarse. Intentaba repetir lo que le decían o contestar a lo que comprendía, pero su articulación era casi ininteligible. El no sabía leer ni escribir.
Fue integrado en el curso que le correspondía por su edad un colegio normal, de línea en valenciano. Tuvo apoyo escolar de PT y de logopeda en ese idioma que su papá sí domina, su papi, no.

Recibí a este niño a finales de 2014 después de haberme jubilado. Fue como un regalo para mi. Con él pude aplicar todo lo aprendido desde mi inicio en el año 1963 en Iadal, un instituto para niños sordos de la ciudad de Bs.As. y en la enseñanza de la comunicación con lenguaje oral a niños sordos de Valencia.
El inicio con consignas orales y escritas para su movilidad en la clase y el reconocimiento por labio-lectura de las mismas, de objetos usuales con sus nombres escritos, le hicieron fijar su atención en los movimientos articulatorios y le permitieron descubrir que en las secuencias de letras, encontraba la representación de la secuencia de vocales y de otros fonemas que podía repetir. Haciendo él de profesor antes los carteles escritos y los listados de palabras, recordando lo observado, nos decía las consignas y las palabras trabajadas y las repetía con agrado para mejorar la emisión de las mismas. Gracias a ello, a su interés por comunicarse oralmente, observar, descubrir y aprender a escribir mejoraba su habla, evolucionaba su lenguaje y su lectura.

No hacía falta que reconociese, ni pronunciase cada letra con el gesto que le habían enseñado en el colegio, y los papis lo reconocieron al comprobar que en el gabinete, el niño reconociendo por labio lectura palabras escritas y repitiéndolas como si ya supiese leer, adquiría más fluidez y corrección articulatoria. Siempre dábamos prioridad a la acentuación de las palabras y a la secuencia de las vocales de las mismas. Las consonantes ya las diferenciaría mejor, cuando descubriese la forma de emisión que diferencia a las bilabiales, linguo-alveolares y linguo-palatares.

Fue indispensable el asentamiento de su voz, con prolongación, emisión a mayor o menor intensidad y hasta en tonos agudos y graves, para remarcar la acentuación de las palabras y la entonación de las frases.

En el 2016, gracias a que en Letrasfón tuvo un compañero disfónico en la clase, jugando con él pudo afianzar el empleo del vocabulario y las oraciones propuestas que convenía emplear en cada juego, ejercitó con ello entonaciones representadas con gráficas y llegó a cantar canciones infantiles con el ritmo y tonos correctos.

En su carpeta, que permitiría dar un amplio curso sobre el aprendizaje de este niño, figura toda su evolución.
En la hoja 1, están reflejadas las vocales con las que comenzamos a hablar a leer y a escribir. Las consignas verbales transmitidas por labio lectura y ante carteles que él empezó a reconocer, a leer y aplicar ante, mi, ante compañeros de clase, ante sus papis, amigos y familiares.
El niño comenzó a remarcar con negro las vocales de las consignas y de los vocabularios iniciales, luego a copiarlas en casa o en el gabinete al dictado (detectaba una palabra por lectura labial o por su audición, la buscaba entre las del vocabulario elegido, la repetía con o sin ayuda para acertar con la secuencia de vocales y la escribía emitiendo el fonema correspondiente a cada letra que graficaba.
En las hojas de su carpeta también figuran los primeros vocabularios trabajados, a los que día a día desde noviembre de 2014, incorporaba en su casa o en el gabinete, las palabras que iba descubriendo. Siempre en letra cursiva, representando al escribir el enlace de las letras tal como se suceden los fonemas al articularlos.
En esos listados de palabras agrupadas por categorías, vemos que están en columnas según el género de las mismas, que algunas tienen las terminaciones del plural, y que tienen letras coloreadas para destacar la forma de emisión que en una u otra clase debía interiorizar. Así, ocasionalmente, y sin ejercicios articulatorios fue aclarando su articulación, aprendiendo a leer y a emplear las palabras en frases. Algunas figuran en las mismas hojas de los vocabularios, otras en hojas aparte con los esquemas de pregunta correspondientes.

Es más eficaz enseñar estructuras gramaticales que surjan de la necesidad del niño por comunicarse verbalmente, si sabemos cómo, esas estructuras gramaticales pueden ampliarse con el empleo de preposiciones, adjetivos, adverbios, pronombres, etc , e ir cambiando las desinencias verbales según la o las personas que ejecutan la acción, y el tiempo futuro, presente o pasado en que sean ejecutadas.

Cada vocabulario es propicio para emplear determinados verbos a través de las acciones correspondientes, determinantes numerales: mucho/s - p oco/s, tres, más, según la cantidad o
el número de lo que se manipule; o posesivos: mi-tu-su- nuestros, según la pertenencia y adjetivos: crudo-cocido, dulce-ácido, poco- mucho; descocida, arremangada, planchada; el peso: pesado-liviano, la longitud: corto-largo, etc. y sus correspondientes femeninos y plurales.
Muchos adjetivos son empleables con varios vocabularios y otros no; ésos son los que hay que tener más en cuenta cuando se emplean nombres de útiles de clase, de alimentos, prendas de vestir o utensilios de mesa y de cocina. Etc. No es necesario manipular objetos reales, sirven las figuras representativas, los dibujos y objetos simbólicos.
Es imposible tener todo a disposición para mostrárselo a un niño sordo, inteligente que necesita aprender a entender, a hablar y a escribir . Sí es necesario representar con palabras y esquemas de oración gran parte de lo que se diga en el transcurso de una clase y así aprenderá a leer, y sobre todo a comprender lo que lea y a transformar oraciones.
Las oraciones escritas en letra cursiva, podían ser empleadas y re-empleadas con otro vocabulario, otros verbos, otras preposiciones y otros adverbios, según las necesidades comunicativas del aquí y ahora. Algunas eran escritas en la pizarra o en hojas de atril, con los acentos remarcados y graficada la entonación.
En su carpeta, hay un apartado con los relatos sobre sus vivencias y las modificaciones hechas en los mismos. Lo que iba a suceder, ya había sucedido, ayer, la semana pasada, el mes o año pasado, hace mucho o hace ... meses, o el día... de …........ de …. Esto le permitió aprender diferentes complementos de tiempo y a emplearlos ante un calendario.

Este niño fue aprobando los exámenes escolares, su comunicación era fluida y totalmente inteligible, aunque todavía cometía algunos errores de concordancia, que sabía subsanar con las preguntas adecuadas. Su escritura y forma de coger el lápiz correctas (aunque esto último había que controlarlo). Su comprensión lectora era perfecta ya que sabía responder a preguntas bien formuladas e incluso sabía formularlas. Esto le ayudó a desarrollar gran afición a la lectura le permitió ampliar su vocabulario y enriquecer su expresión tanto oral como escrita. Y su labiolectura a la que últimamente ejercitaba con desagrado, es la que debía practicar aun, aunque sea con esas consignas que en su inicio de la comunicación oral y el aprendizaje de la lectura y escritura tanto le entusiasmaron y ayudaron.

En 1917 nos despedimos, porque desde que los papis adoptaron a este niño y solicitaron ayuda logopédica gratuita, recién este año pudieron comenzar a atenderle. En el mes de junio pude contactar personalmente con su actual logopeda y comentar mejor ante la carpeta del niño, cómo plasmamos en ella, desde las primeras palabras y oraciones, sus increíbles adelantos, además sus actuales necesidades, mejor que lo que lo hiciéramos por teléfono.

Tengo su carpeta a disposición de quien quiera comprobar todo lo explicado.
Marta Peressini Novaro directora de LETRASFON
Podéis escribir vuestros comentarios o preguntas en este blog, en WhatsApp del 629 292 048 o un e-mail a “letrasfon @hotmail.com”

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